Principio...

Solo al principio de nuestra charla, comprendí, que el morado de tus ojos se diluía por las razones que exponían.
Y sentí el ahogo por tus morados diluidos, en sueños de fantasías y chocolates colocados en anzuelos de oro, disfrazados de parafernalia contemporánea.
Y empecé a sobrevivir a los sueños, inundados por tus morados, alocados y revolcados de arranques de pasión con sabor a corazón.
El morado en presencia y tus vestidos escotados, me muestran un futuro derrumbado.